El inicio, nudos y motivaciones.

El inicio, nudos y motivaciones.

Hace algunas semanas hice mi primera publicación compartiendo con ustedes la alegría de poder estar “lanzando” Cymasuite, pero también una sensación de convicción absoluta de que los pasos que estamos dando son los adecuados, al tiempo que siento una responsabilidad de poder expresar con precisión aquello que hoy ya no es mio o del equipo con el que desarrollamos el software, sino de miles de empresas, personas y/o profesionales con quienes pienso que podemos conectar, colaborar, co-construir  y transformar sus vidas, a partir del cambio de paradigma de lo que entendemos o no entendemos de la contabilidad.


Pero antes de hablar de eso, toda historia comienza con una pregunta, un comentario, un idea que llevamos más o menos pensada, que va tomando forma en la medida de que pasa el tiempo, tal como lo hace una práctica social, cultural o simplemente se va dotando de sentido(s) y cuando pienso que esto no es muy distinto al tránsito que ha tenido la propia contabilidad. Según el investigador y economista español Vicente Montecinos Julve (1997) la contabilidad transita por cuatro procesos históricos. En primer lugar, el periodo empírico que comprende la edad antigua y la alta edad media hasta el Liber Abaci de Fibonacci en 1202 (Leonardo de Pisa); en segundo el período de génesis y aparición de la Partida Doble en el siglo XIII y de la publicación de la obra de Luca Pacioli en 1494 (“Summa de Arithmetica, Geometria, Proportioni et Proportionalita”); el tercer momento el período de expansión y consolidación de la partida doble en el siglo XIX y, finalmente, el período científico que comienza en el siglo XIX y que se extiende al momento el que actualmente vivimos. También es importante comentar, que en nuestro continente la historia también se cuenta en crónicas históricas en la que es posible hablar de fuerte intercambio económico en América Precolombina donde el Quipu o Quippo (nudos en Quechua) era el sistema de contabilidad. Todos estos periodos están marcados por momentos como los de Pisa, Pacioli, Taylor, Fayol, Ford, Porter, el mundo precolombino y otros lo que nos lleva a entender que el espíritu de creación, de avance de curiosidad son fundamentales para transformar cualquier cosa que queramos hacer. No es mi intención hacer una clase de Historia de la contabilidad, ya que eso lo han realizado destacadas y destacados investigadores, que mejor  que yo pueden contar lo que resumo rústicamente. Puede parecer pretencioso, pero en mi caso quise de alguna manera marcar un momento en mi historia personal, en mi vida profesional, en mi entorno, en mis objetivos y que esto llevará a que otros pudieran simplificar lo que a mi y tantos nos quita el sueño desde tiempos antiguos: contar esos nudos y desentramarlos,  o como diría  hoy: simplificar la contabilidad para que todos y todas puedan crecer. 

Comencé por cuestionar, por pensar en esa incomodidad que provoca la rutina y que va avanzando progresivamente tomando nuestra práctica contable, a pesar de que hoy existen algunas soluciones que han trasladado el excel o el libro físico a un entorno digital, seguimos trabajando como si estos no hicieran diferencia, y este estado se torna un enemigo de nuestra profesión, de nuestro trato al cliente, pero por sobre todo se va tornando en contra de nuestras vidas, tomando nuestro tiempo, energías y capacidad de revelarse por el frenético ritmo que llevamos muchas y muchos, ya que con o sin estos sistemas debemos cumplir, porque para eso nos formamos, para eso nos contratan y para eso vivimos. Pues esto es lo que me decidí a resolver y me tiene hoy escribiendo, pero ¿Cómo debía comenzar? ¿Qué debía hacer? ¿Cómo me diferenciaba? ¿Era posible hacer lo que pensaba? ¿La idea que tenía era la correcta? muchas de estas respuestas fueron un no, pero un no rotundo sino un  “no pero...” es aquí el primer desafío el que pudimos resolver con un equipo de expertos en el área tecnológica del desarrollo, ciberseguridad y el desarrollo seguro, un equipo multidisciplinario de jóvenes profesionales  con los que compartimos una idea que fue trasmutando en lo que hoy es Cymasuite, en el que la suma de visiones, objetivos, procesos sistemáticos y metodológicos claros nos permitió establecer un roadmap de equipo u hoja de ruta que nos dio visibilidad. En esa ruta hubo investigación, estudio y participación, siendo este último punto el más importante, ya que la participación nos permitió validar hipótesis, corregir, visualizar y proponer de manera colaborativa en las primeras etapas de construcción y desarrollo. Es acá donde los betatester se transformaron en un eje fundamental, ya que el desarrollo toma sentido, no siempre lo que uno cree que funciona va funcionar para todos.  Muchas veces nos golpea la crítica y el no saber escuchar, ahí creo que es fundamental el apoyo del equipo, ya que pudimos avanzar de manera inteligente junto a un grupo de personas que se interesaron en ser betatester, profesionales de la contabilidad, dueños de empresas y estudios contables de distintas partes de Chile, edades y experiencias profesional diversa, los que dejaron ese rol y hoy nos acompañan como clientes, a los que continuamente apoyamos y tratamos de sorprender con mejoras continuas.  

Las motivaciones que nos llevaron a este punto, es un propósito fuertemente impulsado por todo el equipo, y ciertamente por aquellos que han compartido una conversación, nos han otorgado una retroalimentación, un consejo y/o una crítica que ha puesto a Cymasuite más allá de un software de contabilidad y una app móvil, la posicionado como un aporte en el proceso de transformación digital en el siglo XXI en la que la automatización de la contabilidad en un par de clic no solo simplifica un trabajo que nos tomaría meses, sino que ayuda a mejorar el estándar de vida, nos ayuda a potenciar un negocio, nos pone como un aliado estratégico para la toma de decisiones en tiempo y forma en la que se necesita. 


Vamos un nudo/quipu a la vez, cientos de empresas, miles de movimientos desde el inicio al fin en un proceso continuo, en el que la contabilidad se vuelve simple, entendible en un flujo intuitivo desde la nube a la palma de la mano.