Al final del cierre contable, las empresas han de realizar ajustes que tengan en cuenta el pago de impuestos y deducciones. 
 

Anualmente, las empresas tienen que presentar los resultados de su ejercicio. Estos resultados, por lo general, se dividen en dos, a saber, el contable y el fiscal.

Se entiende por cierre fiscal una clase de ajuste extracontable. Esto es, un ajuste que se realiza - y solo se puede realizar - después del cierre contable.

Por cierre contable se entiende el cálculo final del ejercicio contable. Consiste, fundamentalmente, en averiguar, tras el cálculo de la cuenta de resultados, si ha habido utilidades (y, por tanto, los ingresos han sido mayores que los costes y gastos) o pérdidas (por lo que los gastos y costes han sido superiores a los ingresos).

Una vez determinado el cierre contable, se puede realizar el cierre fiscal. Para su realización, se debe tener en cuenta aspectos como el pago de impuestos (el Impuesto sobre Sociedades), deducciones fiscales de diversa índole y amortización de activos.

Los programas de facturación y contabilidad permiten el cierre fiscal de una forma sencilla. Al procesar todos los ingresos y gastos procedentes de la facturación de la prestación de servicios o venta de productos, facilitan el cálculo de la cuenta de resultados y el balance de situación.

Tras los resultados de ambos informes contables, el usuario puede realizar el cierre fiscal de su ejercicio económico.